
El día de ayer y en ocasión de haber asistido a una muy divertida fiesta, tuve la oportunidad de platicar con varios amigos. Conversamos sobre algunos temas de actualidad (ninguno agradable por supuesto) e, intencionadamente, me enfoqué a preguntarles cómo es que se sentían en sus respectivos empleos. La mera verdad es que, a veces, deveras que me confundo.
Vivimos, de por sí, en un mundo por naturaleza convulso, cambiante, a veces hostil, poco compasivo, bello, esperanzador, lleno de fe y a la vez de furia pero, y hoy por hoy, en crisis. Sea cual fuere la causa y el porcentaje que de mental ésta tenga, este mundo está en crisis como parte de un proceso de cambio colectivo.
La cuestión es que mis amigos de la fiesta (y otros varios con los que he conversado en los últimos meses) no se encuentran conformes con su trabajo ya sea por sueldo, clima laboral, la tarea misma, así como la percepción que tienen de que la empresa para la cual alquilan sus servicios los está explotando sabedora de que difícilmente dejarán su empleo en época de crisis. Asimismo, algunos me expresaron su temor -fundado o no- de que en cualquier momento podrían quedar desempleados.
La vida me ha dado la invaluable oportunidad de vivir épocas de crisis desde ambos lados del escritorio, con empleo y sin él. Pero la mera verdad es que, a veces, deveras que me confundo...
Gracias a mis amigos, ahora puedo verme reflejado en su espejo y como me veía hace algunos meses y cada vez se fortalece más en mí el popular dicho de que "no hay felicidad perfecta". El que está adentro se quiere salir y viceversa. La paradoja eterna de la vida.
A ellos les diría que cuiden sus empleos aunque por el momento no les satisfagan y que, cuando la marea baje, tengan los tamaños suficientes y se den la oportunidad de cambiarlo. Que no queden ahí. Les diría que, en mi cancha, el juego es ríspido y la estrategia correcta no siempre es fácil de encontrar. También les diría que es legítimo el sentir ansiedad y desasosiego pero que, en una base de día con día, deben hacer su parte, hacer lo correcto y orientar sus esfuerzos al cambio jueguen en la cancha que jueguen. Les diría que no se la pasen quejándose, que no se atoren, que no sean cobardes y que siempre y bajo cualesquier circuntancia tienen el SAGRADO DEBER de pelear por su felicidad y la de aquellos quienes les rodean.
Lo dicho, ni unos ni otros.
3 comentarios:
Entre más rápido uno decida cambiar de actividad es mejor, no vale la pena perder el tiempo en algo que frustra o te hace sentir insatisfecho. Es realmente lamentable que despues de 5, 10, 15 ó 20años hagas una evaluación de tu carrera profesional y digas: "creo que me equivoque".
A mis 36 años he cambiado de actividades más de 4 veces, cambios realmente radicales, y creo que hoy he encontrado lo que realmente me hace sentir satisfecho y me llena profesionalmente. No quise esperar hasta que me despidieran o cumplir 50 años para cuestionar mi carrera profesional.
QUÉ BUENO PEDRITO QUE YA ENCONTRASTE ALGO QUE TE GUSTA, ¿CONCRETAMENTE QUÉ ES?. POR OTRO LADO CONSIDÉRATE UN HOMBRE CON SUERTE,OTROS QUE HACEN LO MISMO TERMINAN SIENDO APRENDICES DE TODO Y OFICIALES DE NADA!!!
Es de humanos estar inconformes no crees ? pero hay quienes se la pasan quejándose hasta por el clima y no ven lo bueno que tienen y luego por no verlo....puf!!se desintegra y desaparece.
Hay que ser fuertes y no mediocres, una cosa es valorar lo bueno que se tiene y otra quedarte callado y traicionarte a tí mismo.
Cat
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