miércoles, 25 de febrero de 2009

NUEVOS MODELOS DE CONVIVENCIA


Esta entrada obedece básicamente a los comentarios de mi amigo Teófilo a mi penúltima entrada (QUÉ TIEMPOS AQUELLOS) y a lo recientemente conversado en la última clase de mi Diplomado en Comunicación Social.


En la citada entrada expresé que "benditas computadoras", gracias a que me permiten comunicarme con mi hija quien está de viaje. No me desdigo, por mucho, pero ello no implica que no esté preocupado por lo que más adelante les diré. Asimismo, el buen Teófilo de alguna manera comentó sus observaciones alrededor de las ataduras modernas que constituyen actualmente los "gadgets". Y sí, es cierto, ahora tenemos aparatitos para todo: para oír música, para "subirla" a aquel en que la escuchamos, para trabajar, para jugar, para informarnos y hasta para controlar todo en una casa si nos lo proponemos.




La cuestión es que una cosa son los aparatitos y la otra es hasta donde se puede llegar con ellos. Me explico: mi preocupación radica en los alcances presentes y sobre todo futuros de la internet. Sin que sepamos bien a bien de donde salió, la internet se ha convertido en una especie de adicción y, en el mejor y más conservador de los casos, en una muy importante herramienta de comunicación global.




En el extremo, la internet se ha convertido en una adicción para aquellos adultos que pretendemos estar comunicados (ahora se dice "conectados") a tiempo real. El caso de niños y adolescentes es el que me preocupa. Para aquellos que tenemos hijos adolescentes resulta enojoso el darnos cuenta que su lenguaje es más bien limitado, más el escrito que el hablado y sí, como se comentó en clase, ahora escriben y hablan con una especie de lenguaje cifrado propio de la internet y más concretamente del "chat". Expresiones como "sip", "nop", "aha", "x" y otras más parecen constituir el lenguaje del futuro. Otro ejemplo: los alumnos egresados de famosos institutos tecnológicos NO SABEN HABLAR y, en contraposición, tienen una increíble habilidad manual y mental para "conectarse" con todo tipo de "gadgets" y realizar complicadas operaciones matemáticas y financieras.




Según aprendí recién, la internet ya se encuentra en lo que sería una tercera fase que incluye la co-creación de ambientes y situaciones a un nivel estrictamente cibernético. La fase de la internet como un mero buscador, aunque aún efectiva por mucho, es cosa del pasado. Se pueden vivir ya "vidas virtuales" y hacer cosas como viajar y comprar por medio de los "abatares" -¿se escribe así? en donde estamos sin estar.




La pregunta es qué sigue, ¿la supresión total del lenguaje?, ¿que se nos inserten nuevos "gadgets" por la vía intercerebral para no tener la necesidad de teclear? ¿como es que expresaremos nuestros sentimientos a través de un chip?.




Tienes razón Teófilo, hay porqué preocuparse......

domingo, 22 de febrero de 2009

ANSIEDAD O... NI UNOS NI OTROS


El día de ayer y en ocasión de haber asistido a una muy divertida fiesta, tuve la oportunidad de platicar con varios amigos. Conversamos sobre algunos temas de actualidad (ninguno agradable por supuesto) e, intencionadamente, me enfoqué a preguntarles cómo es que se sentían en sus respectivos empleos. La mera verdad es que, a veces, deveras que me confundo.



Vivimos, de por sí, en un mundo por naturaleza convulso, cambiante, a veces hostil, poco compasivo, bello, esperanzador, lleno de fe y a la vez de furia pero, y hoy por hoy, en crisis. Sea cual fuere la causa y el porcentaje que de mental ésta tenga, este mundo está en crisis como parte de un proceso de cambio colectivo.


La cuestión es que mis amigos de la fiesta (y otros varios con los que he conversado en los últimos meses) no se encuentran conformes con su trabajo ya sea por sueldo, clima laboral, la tarea misma, así como la percepción que tienen de que la empresa para la cual alquilan sus servicios los está explotando sabedora de que difícilmente dejarán su empleo en época de crisis. Asimismo, algunos me expresaron su temor -fundado o no- de que en cualquier momento podrían quedar desempleados.



La vida me ha dado la invaluable oportunidad de vivir épocas de crisis desde ambos lados del escritorio, con empleo y sin él. Pero la mera verdad es que, a veces, deveras que me confundo...


Gracias a mis amigos, ahora puedo verme reflejado en su espejo y como me veía hace algunos meses y cada vez se fortalece más en mí el popular dicho de que "no hay felicidad perfecta". El que está adentro se quiere salir y viceversa. La paradoja eterna de la vida.



A ellos les diría que cuiden sus empleos aunque por el momento no les satisfagan y que, cuando la marea baje, tengan los tamaños suficientes y se den la oportunidad de cambiarlo. Que no queden ahí. Les diría que, en mi cancha, el juego es ríspido y la estrategia correcta no siempre es fácil de encontrar. También les diría que es legítimo el sentir ansiedad y desasosiego pero que, en una base de día con día, deben hacer su parte, hacer lo correcto y orientar sus esfuerzos al cambio jueguen en la cancha que jueguen. Les diría que no se la pasen quejándose, que no se atoren, que no sean cobardes y que siempre y bajo cualesquier circuntancia tienen el SAGRADO DEBER de pelear por su felicidad y la de aquellos quienes les rodean.


Lo dicho, ni unos ni otros.